MZ14 presenta “Voces de la Isla Trinitaria”, una creación colectiva de Jenny Jaramillo

Las “Voces de la Isla Trinitaria” se escucharán este viernes 17 de septiembre de 2021 en una creación colectiva propuesta por Jenny Jaramillo, estudiante de la Universidad de las Artes. Se trata de una instalación escénica, descrita así por su autora, que se podrá apreciar en la Bodega de la Galería del Centro de Producción e Innovación MZ14 en tres horarios: a las 18:00, 18:40 y 19:20.

El proyecto de titulación de Jaramillo, quien cursa el noveno semestre de la carrera de Creación Teatral de la Escuela de Artes Escénicas, surgió a partir de una motivación personal, en cuanto a la identidad y los problemas y conflictivos que se suscitan en la Isla Trinitaria. Especialmente con la imagen, idea o concepción que la sociedad tiene del lugar; de cómo son las personas que viven allí, cuáles son sus pensamientos y cuáles son sus sueños.

Jaramillo destaca que para ella lo más importante son los conflictos y las problemáticas y opresiones que los habitantes de la Isla Trinitaria viven a diario. Su trabajo se centró en los preadolescentes y adolescentes del populoso sector, que está ubicado en el Sur de Guayaquil, rodeado por varios ramales del Estero Salado y dividido también en varias cooperativas.

“Por eso el punto de partida es la identidad. Saber quiénes y qué somos para las demás personas”, dice. Con ese objetivo buscó poner en evidencia, a través de juegos de infancia,  dibujos y creación colectiva, todos los conflictos, problemas y opresiones que pasan en la actualidad, y que pasaron antes. “Implementamos como metodología el juego, el dibujo y la escritura, que viene a ser la bitácora donde los chicos durante cuatro meses escribieron todo lo que sentían. Cada sensación, cada emoción”.

Al inicio hubo chicos que durante el proceso individual, que fue lo primero, no tenían confianza para escribir o para hablar con Jaramillo acerca de ellos. Entonces, ella recurrió al dibujo para que, a partir de este, pudieran o intentaran expresarse. También a las posturas corporales y gestos.

El primer paso del proceso se centró, entonces, en la confianza y en sí mismos, a fin de que estos preadolescentes y adolescentes pudieran identificarse, plasmar, entender y, sobretodo, descubrir su verdadera identidad como habitante de la Isla Trinitaria. El segundo paso del proceso fue el colectivo, un trabajo mucho más complejo, pero, al mismo tiempo, “muy rico, muy sabroso, como decimos nosotros, por la diferencia que hay entre tratar contigo mismo y tratar con las demás personas”, explica Jaramillo.

A pesar de vivir en la misma comunidad y en el mismo sector, no todos los chicos se conocían. Trabajar colectivamente fue el reto para poder crear una conciencia comunitaria con todas estas metodologías. “En especial, la creación colectiva, suscitada a partir de lo que piensan las demás personas sobre nosotros”. 

La estudiante UArtes agrega que los juegos colectivos fueron fundamentales para poder crear una conciencia comunitaria, “porque el juego no solo desarrolla en los chicos una habilidad, sino que las descubre y fomenta confianza, comunicación, expresión. Fomenta esa ayuda mutua que se da más cuando la comunidad es urbana y no solo depende de una persona en específico, sino de todas las personas que allí habitan”.

El proceso de creación se empezó a dar a partir de lo colectivo, de lo individual y de las características del sector que todos nos preguntamos: cuál es el tipo de violencia y opresión, y quiénes son estas personas que las generan y quiénes las que viven, lo cual no necesariamente se da fuera del hogar, sino que muchas veces con los familiares. Está dentro de los hogares de los niños, de los adolescentes. Conflictos que llevaron a Jaramillo a iniciar el proceso, la creación colectiva y a visualizar el montaje final.

“Qué es la Isla Trinitaria nos preguntamos. Para unos es arena. Para otros, manglar e incluso basura, visto así porque la gente la tira sin pensar en el medio ambiente. La Isla Trinitaria es violencia intrafamiliar, es opresión a partir de los sicariatos, sin olvidar esa mirada empática porque también habitan personas que luchan día a día por sus hijos y familias, que se arriesgan a salir hasta tarde en la noche para llevar el pan al hogar. En consecuencia, esa mirada que tiene la sociedad guayaquileña no es netamente cierta.

“Entonces, si queremos evidenciar todos estos sucesos y procesos que ocurren en la Isla Trinitaria a través de la creación colectiva, que sean los mismos adolescentes quienes cuenten las historias de ese pasado y del presente que la encierra. Estamos tratando a través de las artes y del teatro que nuestros adolescentes tengan un pensamiento crítico y colectivo, una conciencia comunitaria”, concluye.

La docente Lorena Toro, de la Escuela de Artes Escénicas, es la tutora del proyecto de Jenny Jaramillo.

Texto: Carmen Cortez.
Fotos: Cortesía de Jenny Jaramillo, estudiante de la Escuela de Artes Escénicas.

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